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Riolobos. Romería de la Virgen de la Argamasa 2024. Galería de imágenes

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Texto y fotos: ©José Vidal Lucía Cronista Oficial de Riolobos La romería del « lunes de Albillo », el segundo lunes de Pascua y al día siguiente del domingo de Cuasimodo, es una tradición en Riolobos desde 1909, año en que se construye una nueva ermita en el sitio conocido como Senarillas , junto al Cordel de Merinas o Cañada Soriana Occidental. Dista del pueblo unos 3 kms. Esta ermita de 1909 tuvo que ser reconstruida en 1989-90 con la financiación de la Diputación y del Ayuntamiento de Riolobos, y una aportación de los fondos de la Mayordomía. Hubo una primitiva ermita de la Argamasa, construida antes de 1650, que estuvo situada en la orilla izquierda del Alagón, sin que conozcamos la ubicación exacta. Aunque hay algunos datos, no se precisa el lugar en la documentación existente. Una crecida del río Alagón el 9 y 10 de abril de 1769 provocó su inundación «hasta cinco cuartas » y su consiguiente ruina.  La imagen de la Virgen, posiblemente la pequeña talla antigua, hoy tristemente de

"Hay que ver la cigüeña cuanto nos vale..."

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Cigüeñas (Ciconia ciconia)y crotoreo en el tejado de la iglesia de Riolobos.   Fotografías y notas: José Vidal Lucía Egido Cronista Oficial de Riolobos Cuántos recuerdos nos trae la cigüeña de la torre. Es un ave que forma parte de nuestro imaginario colectivo y que siempre estuvo muy presente en nuestras vidas desde la infancia. El paisaje de los pueblos y ciudades es difícil de imaginar sin los nidos de estas aves, sin sus vuelos y sin el sonido inconfundible de su crotoreo. Habita en muchos territorios. En Alsacia forma parte del patrimonio natural y es un símbolo de la región. Allí hacen sus nidos, como entre nosotros, en torres, campanarios y tejados. En nuestra zona, Malpartida de Cáceres fue declarado en 1997 como Pueblo Europeo de la Cigüeña y forma parte de una red de unos 15 pueblos europeos con ese título. En él hay tres colonias importantes: la urbana sobre la torre; la del Humedal de la Cigüeña con los nidos sobre postes y la de los Barruecos que corona muchos de sus bolo

Riolobos. Volviendo a la fiesta de San Blas y noticia de la festividad en el s. XVII

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A la izquierda, procesión de San Blas (José María Pérez Benito). A la derecha, San Blas 2024. © José Vidal Lucía Egido Desde mediados de enero, ya pasadas las Navidades, son innumerables las fiestas que se celebran en los pueblos y ciudades. Los refranes nos recuerdan cómo comienzan: " Entre los santos frioleros, San Sebastián es el primero. Detente, varón, que el primero es San Antón". Efectivamente el 17 de enero, con San Antón abad, protector de los animales,  comienza el ciclo de las fiestas de invierno post navideñas. En esa fecha la tradición consiste en presentar los animales (ahora, también las mascotas) ante el santo barbado para que sean bendecidos. En ella son de gran interés los ritos del " torcido del cordón ", entre los que hay que destacar el de Brozas. A continuación, " a los veinte de enero " se celebra la fiesta de los Santos Mártires, de mucha raigambre en multitud de pueblos, aunque en la mayoría sólo se acuerdan de San Sebastián, el be

Riolobos. Breve noticia de una mañana de invierno.

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Vista general de Riolobos desde la zona de las antenas en el alto de los olivares. ©José Vidal Lucía Egido La mañana del 23 de diciembre empezó fría. La niebla, muy densa, cubría los valles de Almonte, Tajo y Alagón. En la plaza de Riolobos, a las 10h, con el termómetro marcando 1º, las cigüeñas ya recibían los primeros rayos de sol y hacían tareas de aseo matutino. Un nutrido grupo de palomas revoloteaba en los tejados de la iglesia y algunas se posaban en la taza metálica de la fuente.  Hay que ver la cigüeña,cuánto nos vale. Si no fuera por ella,cualquiera sabe.  (Canción recogida por Agapito Marazuela)   La intención primera de Robustiano y mía era hacer una ruta cogiendo el Camino del Monte , hacia las cercas, en la dehesa, para encontrarnos con la Vía de la Plata . Pero claramente ese plan necesitaba más tiempo. Así que decidimos coger el Camino de Galisteo para subir al alto de los olivares, junto a las antenas. Allí nos encontramos con J., hijo de S., vecino de la Plazuela